40 jóvenes estudiarán gracias a la beca CRISFE-UPS
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Para realizar la evaluación académica semestral de los estudiantes becarios, en el mes de octubre se reunió el comité de asignación de becas universitarias del Programa de Educación Formal de la Fundación CRISFE y representantes de la UPS. Asistieron a la reunión: Lola Vázquez, directora de Vinculación con la Sociedad; Sebastián Granda, director de la carrera de Educación Intercultural Bilingüe; Pablo Ortiz, director de la carrera de Gestión para el Desarrollo Local Sostenible y Lenin Bustamante Granda, administrador del Programa de Educación Formal de la Fundación CRISFE.
Se acordó mantener la asignación para este semestre de 40 becas, 20 correspondientes a jóvenes de nacionalidad Achuar que cursan la carrera de Educación Intercultural Bilingüe y 20 destinadas a estudiantes de Gestión para el Desarrollo Local Sostenible. De acuerdo al convenio establecido entre la UPS y CRISFE, la fundación cubre el 50% de la colegiatura, mientras que la UPS se hace cargo del otro 50%.
Hasta el momento, ambas entidades han otorgado becas a 165 estudiantes de Educación Intercultural Bilingüe y 20 a los de Gestión Local. Algunas de las comunidades de donde provienen los beneficiarios son Ankuash, Puyo; Llallanag, Chimborazo; El Milagro, Imbabura; Yuyaupi Tixán, Alausí; Gatazo, Colta; Pujilí, Cotopaxi, Congoma Grande, Sto. Domingo de los Tsachilas; El Ángel, Carchi; Calceta, Manabí, entre otros.
En el caso de la carrera de EIB, los estudiantes tienen la posibilidad de profesionalizarse en la educación para poder retribuir socialmente en los procesos formativos – educativos, sociales, culturales, lo que les permitirá alcanzar el desarrollo personal, profesional y comunitario. Sus destinatarios preferenciales provienen de los pueblos indígenas y campesinos mestizos de las provincias de la Sierra Central y la Amazonía del Ecuador. Funciona en Latacunga Otavalo, Cayambe, Wasakentsa, Riobamba.
En cuanto a la carrera de Gestión Local, desde su creación en 1997, una de las prioridades fue asegurar que sectores sociales tradicionalmente excluidos y ávidos por formar cuadros profesionales accedan a la educación superior.
La estrategia ha permitido que estudien y se gradúen estudiantes en situación de pobreza extrema, particularmente indígenas, afroecuatorianos y mestizos de más de 16 provincias y cerca 100 cantones del país. También, ha posibilitado la emergencia de nuevos liderazgos sociales y políticos a nivel local, el fortalecimiento organizativo, la inclusión de mujeres y la incursión de dichos profesionales como autoridades en distintos niveles de gobierno, aportando en la mayoría de casos una perspectiva crítica, incluyente y participativa en torno al desarrollo local.